Señor director:

Cómo desearía poder infundir ánimo, fortaleza y esperanza. Que las letras fuesen no el arma sino la varita mágica para lograrlo. Simplemente escribiré: Hermanos argentinos y americanos, una ola grande de violencia, impotencia, frustración, rebeldía, invade. Un estado de temor, desprotección ante los sucesos presentes embarga y somete a la angustia. Mis palabras quieren llamar a las puertas de vuestro corazones para decirles que existe el mal en el hombre, pero también, nos infundieron el bien. Nos centremos en ello: que cada pensamiento, acto que realicemos, vaya embuida la bondad. Desterremos el temor, egoísmo, envidia y prepotencia. Imaginemos crear un nuevo mundo con gestos y acciones llenas de amor. Nos convirtamos en faro de luz. Necesitamos para "sanar” nuestra sociedad construir una nueva realidad. Con fortaleza, con fe. Nuevos modelos, instituciones y sistemas que fracasaron porque el mismo hombre los desvirtuó. Pero el Hombre con humanidad, puede volver a construir sobre los cimientos de la verdad y el amor. Unamos esfuerzos. Dios no abandona.

Beatriz Albaladejo
Licenciada en Ciencias Políticas y Sociales