El objetivo oficial de reducir la inflación chocará el mes próximo con la otra gran meta del Gobierno de Mauricio Macri: achicar los subsidios del Estado a la energía y de esa manera reducir el impacto fiscal de las asistencias al sector privado. Eso se debe a que desde el próximo miércoles aumentará la electricidad en todo el país, y le pondrá más presión al índice de precios al consumidor de febrero que, según los economistas, será mayor al del primer mes del año, entre otras cosas, por los incrementos en ese servicio público.

 

 

El Gobierno informó en diciembre del año pasado cuáles eran sus expectativas de aumentos para este año. En una audiencia pública, que se hizo el 14 de diciembre, el secretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga, sostuvo que según la alternativa que manejaba el Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, la factura de un hogar promedio en el Gran Buenos Aires, en torno de los 300 kWh/mes, costaría desde el mes próximo un 36% más, por lo que llegaría hasta los $ 490 (el año pasado, para quien tenía subsidio, los aumentos rondaron entre el 300% y el 500%). Según el funcionario, el 40% de los usuarios del área metropolitana, que consumen entre 150 y 300 kwh, tendrían subas de $ 110, mientras que los hogares de menor demanda recibirían una boleta $ 30 más cara.

 

Las empresas hicieron una propuesta distinta. Edenor y Edesur pidieron un aumento promedio por encima del 30%, aunque con ajustes que en algunos casos superan el 80%. En ambos casos no incluyen mejoras en los ingresos de la generación y el transporte de energía, dos sectores claves en la conformación de la factura que llega al usuario final y serán contemplados en los aumentos de la semana próxima.

 

Fuentes oficiales explicaron que la cifra final de aumentos aún no está definida. Eso se debe a que el ENRE, el ente que regula al sector eléctrico, debe dar su opinión definitiva con respecto a los pedidos de cada uno de los actores. Y también talla en la cuestión el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dado que Gustavo Lopetegui, uno de los coordinadores de esa cartera, suele revisar con puntillosidad los números finales.

 

En noviembre, además, podría haber una nueva suba que aumente el denominado precio mayorista de la energía, que reciben las generadoras. Su futuro dependerá de la marcha de la inflación, dado que podría suspenderse si el Gobierno está lejos de su objetivo del 17% anual.

 

Fuente: La Nación