Con anticipación. En la previa de cada largada, los jefes de cada una de las áreas se reúnen para pulir detalles del trabajo que realizarán a lo largo del recorrido.

 

Para que la Vuelta Internacional a San Juan se pueda realizar hay aspectos fundamentales que no pueden fallar. La seguridad cumple un rol clave día a día porque debe estar al cuidado de la numerosa caravana y también del público espectador que acude de manera multitudinaria a cada sector por donde pasa la carrera.

"El mínimo error se puede pagar muy caro, así que tenemos que estar atentos a todo. La experiencia conseguida en los años anteriores ayuda muchísimo", contó Roberto Castro, uno de los coordinadores de la seguridad quien junto a Roberto Coca, Carmelo Astigarraga y Mariano Palacios, son quienes regulan el trabajo diario de todos los organismos de seguridad que intervienen en la Vuelta. Ellos trabajan en conjunto con el jefe de la Policía, comisario Luis Martínez, y el subcomisario Carlos Castillo.

Son 20 las motos de la Policía de San Juan que encabezan cada día el inicio de la caravana, cierran también otro grupo más de la Motorizada. Además se requiere personal de todas las áreas operativas de la Policía, como el área de operaciones del D3, Dirección de Tránsito, comisarías jurisdiccionales y policía comunal.

"Es un gran evento y tiene que estar a un gran nivel, por eso no podemos fallar", agregó Castro quien también destacó la enorme labor de Gendarmería Nacional, quien al mando del comandante principal Manuel Butof, son quienes deben asegurar el tránsito en las rutas nacionales como así también en la Avenida de Circunvalación, que llega a congregar 150 mil personas en un día e implica un trabajo extra. Vale destacar también la tarea que realizan el grupo de seguridad privada, en donde su función es ordenar a la prensa y al público en los sectores de largada y llegada. El trabajo de todas esas personas, entre el personal privado, de la Policía provincial y de Gendarmería Nacional, sumado a los 40 banderilleros que cortan las calles y 15 chaperones que son quienes llevan a los ciclistas designados al control antidoping hace un total de aproximadamente 500 personas, un número acorde a la inmensidad del evento.