Una banda armada propinó un asalto de película durante la mañana de ayer en Santa Lucía. Vestidos de obreros municipales, golpearon la puerta de una casa y con la excusa de que querían agua, engañaron a la mujer que les abrió, se metieron, sacaron armas, efectuaron disparos, golpearon a un hombre y se llevaron unos $750.000 en efectivo, alrededor de 700 dólares y un Ford Ka de la víctima.

Todo ocurrió alrededor de las 9, en una vivienda ubicada sobre la calle Roger Balet, al Este de Fermín Rodríguez, en el Barrio San Lorenzo. En ese lugar vive Luis Castán (62), quien al momento del asalto se encontraba con su esposa y una nieta de 3 años, dijeron fuentes policiales.

El drama comenzó cuando dos sujetos con ropa de obreros municipales golpearon la puerta. La que los atendió fue la mujer de Castán, a quien le pidieron agua para preparar veneno para tirar en la calle. En eso que la señora se dio vuelta, los sujetos entraron detrás de ella y demostraron sus verdaderas intenciones: sacaron armas de fuego y redujeron con violencia a los moradores con el apoyo de al menos un ladrón más que ingresó minutos después que ellos.

El que se llevó la peor parte fue Castán, pues por momentos intentaba resistirse y a cambio recibía golpes. En uno de los forcejeos, uno de los asaltantes efectuó, según la denuncia, tres disparos. Eso lo tranquilizó, y también cuando observó que otro de los sujetos tenía alzada a su nieta.

El hombre se dedica a la compra y venta de vehículos. El día anterior había vendido un auto y ese dinero, unos $750.000 que estaban en un maletín, fue parte del botín de los delincuentes. También se llevaron alrededor de 700 dólares. Y además, hicieron arrancar el Ford Ka modelo 2017 de la familia que estaba estacionado en la puerta y también se lo robaron.

Cuando todo pasó, las víctimas llamaron al 911 y a los minutos se llenó de policías. Los efectivos recorrieron la zona pero no tuvieron suerte. Después llegaron los pesquisas de la Brigada de Investigaciones de la Central de Policía, quienes entrevistaron a los vecinos y buscaron testigos ocasionales. La División Criminalística también aportó lo suyo levantando huellas y otras pruebas que puedan ayudar a dar con la banda delictiva.

Los vecinos del barrio ayer se mostraron sorprendidos por el hecho "porque esta zona es muy tranquila, casi nunca pasa nada", sostuvo una mujer que reside a metros de la casa de los Castán.