Si hay una planta que despierta pasiones entre los amantes de la jardinería es el rosal. Hablar de la rosa es hablar de la flor preferida por la Humanidad, la más cultivada y, para muchos, la más bella. Son tan difundidas y conocidas que no hay que hacer muchas presentaciones. Conoce sus infinitas variedades, sus flores, colores, perfumes, historias y detalles evocadores. Es un mundo apasionante el cultivo de rosas, incluso la provincia de San Juan cuenta con la Asociación Argentina de Rosicultura Filial San Juan que lleva más de 35 años, institución que alberga a un grupo de señoras que se dedican al estudio y cultivos de las rosas. 

 

Mademoiselle de Meilland

 

Es sencillo el porqué: las rosas están entre las flores más comunes vendidas por los floristas. Es una de las plantas más populares de los jardines, incluso existen jardines específicos llamados rosaledas o rosedales, donde se exponen únicamente los miembros del género.

Pertenece al género de arbustos caducos o semiperennes, pertenecientes a la familia de las Rosáceas y principal representante de esta familia. Existen entre 100 y 150 especies de rosales silvestres e incontables derivados híbridos. Naturales de la mayor parte del hemisferio norte, principalmente de las regiones templadas.

Gloria Dei Peace

 

Jubilée du Prince de Monaco

 

 

Los rosales varían desde arbustos pequeños, de menos de 60 cm de altura, hasta de enormes y extendidos como los rosales trepadores de tallos leñosos.

Una de las floraciones más hermosas que existen en este mes de octubre, aunque muchas variedades florecen también en otoño. Sus requerimientos son sencillos si los cumples con dedicación.

Tendemos a creer que necesitamos saber cómo cuidar las rosas para que estén más tiempo con nosotros. Y ahí nos encontramos con el primer error. La rosa no deja de ser la floración de una planta que, para poder llenarse de ellas, necesita de ciertos mimos y cuidados. Un rosal que no se encuentra en plena forma podrá florecer, sí. Pero ni lo hará con la cantidad que podría ni las rosas durarán todo lo que deseamos. Por este motivo y más allá de saber cómo cuidar las rosas, es importante conocer qué cuidados demanda nuestro rosal para poder florecer en plenitud. Para hacerlo con vigor y, lo que es más importante, con salud.

Iceberg

La mejor manera de sembrar para recoger su fruto, esa maravillosa flor, en los meses de sol. Los viveros en este tiempo y más para el Día de la Madre, suelen tener gran variedad de esta planta, todas ya envasadas en macetas plásticas. A la hora de adquirir un rosal debes tener en cuenta:

 

  • Su sanidad
  • Que este en perfectas condiciones
  • Que la planta esté formada de manera tal que tenga al menos 4 tallos bien formados.

 

Trepadora Banksiae Lutea

Labores imprescindibles

En líneas generales, los rosales son plantas rústicas y resistentes. Capaces de sobrevivir, incluso, a las duras heladas invernales para rebrotar en primavera. Unas plantas que, con pocos cuidados, nos acompañarán durante muchos años. Un buen motivo para prestarle la poca atención que precisan en los momentos clave del año.

1. La plantación, factor clave
Si hay algo que determina directamente no solo el bienestar de un rosal sino, también, cómo cuidar las rosas es su plantación. Plantar un rosal correctamente es tener la mitad del trabajo hecho en lo que respecta a los cuidados propios de la planta. Elegir una ubicación con al menos seis horas diarias de sol, hacerlo a la profundidad de plantado necesaria, dejar un espacio de al menos 1 m entre rosal y rosal para que puedan oxigenarse. Unas condiciones que no son solo necesarias para aquellos rosales plantados directamente en suelo sino que, además, se hacen extensibles a los rosales en macetas.

2. Darle el suelo que necesita
Ellos demandan una tierra neutra o, en su defecto, ligeramente ácida. Además, tiene que ser rica en materia orgánica. Por esta razón, lo ideal es que utilicemos una tierra preparada que venden en los viveros ya que contará con la formulación de nutrientes necesaria para este tipo de plantas. Además de esto, no es conveniente plantar un rosal en el lugar en el que ha habido otros plantados previamente. El rosal es una planta con una alta demanda nutricional, por lo que es probable que la tierra esté completamente agotada. De tener que hacerlo en el mismo sitio, lo ideal es que realicemos un pozo de buenas dimensiones que enriqueceremos con el mismo sustrato que acabamos de comentar. Y, para aquellos ejemplares jóvenes que estemos plantando, es recomendable también utilizar un enraizante para rosales y otras plantas ornamentales que nos facilite la tarea.

Trepadora Pierre de Ronsard

3. Un buen drenaje, fundamental
Tanto si tenemos plantado un rosal en maceta como si está directamente en el suelo, tenemos que prestar mucha atención al drenaje. Aunque el rosal demanda una pauta de riego regular y un suelo húmedo, no tolera el exceso de agua en las raíces.

4. Control de plagas
Uno de los aspectos más delicados de esta planta. A pesar de ser sumamente resistente, es un auténtico imán para algunas plagas. Unas que pueden comprometer seriamente no solo su floración sino, también, su salud. Algunas de las plagas más habituales del jardín en verano son las que podemos encontrar en nuestra planta. Pulgones y sus amigas las hormigas, arañuela o el hongo oídio son algunos de los enemigos que tendremos que combatir desde el principio.

Un consejo: para eliminar las plagas nada como conocerlas y, nada de dormirnos en los laureles: además de pasarle revisión a nuestra planta, es importante tomar medidas con insecticidas o fungicidas específicos para lo cual en los mercados de agroquímicos te pueden asesorar.

5. Poda en pleno invierno
Uno de los cuidados del rosal en invierno más importantes. Cuando la planta todavía está aletargada, es momento de realizar la poda más importante del año. Con ella conseguiremos que, con la llegada del buen tiempo, el rosal rebrote en plena forma. Esta laborar la retomamos en julio del año que viene.

 

EL DATO:
  • Vivero Regalería Verde – Lat. de Circunvalación (o) – Tel: 4262727
  • Venta de Rosales de San Pedro
  • Algunas variedades: Híbridos de Té – Arbustivos – Floribundas – Miniaturas y Trepadoras
  • Desde $480 a $580.