Info Darío Vildozo
Fotos: colaboración
 
Más allá del motor productivo para generar mano de obra y crecimiento económico, el mundo olivícola les ofrece a los turistas un paseo que puede convertirse en una verdadera experiencia. Si bien en San Juan es una propuesta sencilla -ya que todavía no hay en juego grandes atractivos ni mucho menos excentricidades como ocurre en los mayores centros productivos, dónde sólo por citar un ejemplo se pueden recorrer hectáreas de plantaciones en autos antiguos- hay trazado un camino y en ese sentido están trabajando quienes hasta hace poco tiempo solo se concentraban en la calidad de sus aceites y aceitunas y no podían ver la importancia de recibir visitantes, en definitiva, consumidores, también. 

En esta iniciativa los productores no están solos. Según explicó Martina Canales, directora de Productos Turísticos del Ministerio de Cultura y Turismo de San Juan, "la Ruta del Olivo es al igual que la del Vino, dos grandes atractivos de San Juan que le dan la posibilidad al turista de conocer quiénes somos, de dónde venimos y a qué apostamos. El trabajo en la tierra y nuestros sabores, además de identitarios son de mucha calidad, dos cuestiones cada vez más valoradas por los turistas”, explica sobre esta ruta que comenzó a tomar forma hace ya diez años de la mano de diferentes programas nacionales y locales de incentivo que los productores locales tomaron de la mano de Hendrika Dates, quien fue una pionera en este rubro. De a poco y con mucho esfuerzo se han ido sumando diferentes establecimientos que ofrecen un recorrido por sus campos y maquinarias.

 

Hasta el momento, hay 9 emprendimientos ubicados en Pocito, Capital y Rivadavia que conforman la Ruta del Olivo. La mayoría de las visitas que tienen una duración de entre 20 y 30 minutos pero pueden extenderse- son gratuitas. Aunque algunos emprendedores le han puesto un precio al recorrido guiado que incluye como recuerdo, una botella de aceite. De todos modos, todos los emprendimientos tienen sus salones de venta de sus propios productos.

Para fortalecer esta propuesta, durante este año, desde el Ministerio de Turismo, se hicieron acciones de apoyo a los emprendimientos olivícolas de la Ruta en cuestión, aportando cartelería en los accesos cercanos a los campos y emprendimientos. Están identificadas con carteles de color verde que indican cómo llegar. Además se preparó folletería explicativa y se los invitó en cada oportunidad para mostrar lo que hacen como sucedió en la Feria Internacional de Turismo, entre otros espacios de promoción.

Lo que sigue es un detalle de lo que se puede ver y hacer en cada lugar. 
 
Olivos del Sol, dormir y comer entre olivares. Nueve hectáreas destinadas a plantaciones de olivos son el marco ideal de este emprendimiento que conjuga producción y la posibilidad de pernoctar y disfrutar del lugar. Este es un verdadero ejemplo de turismo agronómico temático ya que cuenta con su propio alojamiento y restaurante. Hay 7 habitaciones y 3 monoambientes como parte del Apart Hotel además de 4 cabañas. Cada una (equipada con electrodomésticos, ropa blanca, wi-fi, además de tener pileta y estacionamiento) se identifican con el nombre de una variedad de aceituna, según detalló Jorgelina Cornejo.

En el lugar se pueden hacer visitas en bicicleta o caminatas por las plantaciones, mientras se recibe una breve explicación de los procesos productivos. También ofrecen degustaciones de sus productos.

De todos modos el broche de oro es el menú que prepara el chef Francisco Casán que incluye 5 entradas, 6 platos principales y 6 postres, muchos de ellos a base de sus propias aceitunas y aceites como el salmón rosado con risotto y salteado de espinaca a la oliva, la sopa verde con polvo de aceitunas, el cremoso de chocolate con aceite de oliva o los hilos de alcayota con láminas de queso y aceite de oliva.

El restaurante abre de lunes a domingo, a partir de las 12:30 y las visitas se pueden hacer todos los días de 10 a 18. Para quien va a hacer solo el paseo tiene un costo de 100 pesos. Para más información: www.apartolivosdelsol.com.ar
 

Un paisaje inigualable en Campo de Olivos. Por su ubicación al pie del cerro, en Rivadavia, esta finca tiene un plus por demás interesante para los turistas que vienen de las grandes ciudades: la posibilidad de ver plantaciones, algunas centenarias, cerca de la montaña. Según contó Emilia Lahoz, quien llegue hasta allí puede además recorrer la fábrica boutique y degustar los aceites, aceitunas, aceto balsámico, frutos secos y hasta el mistela que supieron preparar su abuelo Paco y su papá Henry, un tesoro que están intentando volver a producir.

Además, los chicos que hacen el recorrido, pueden llevarse en forma de viñetas para colorear todo el proceso de la fabricación del aceite de oliva.

Abre de lunes a viernes de 9 a 17, los sábados, feriados y domingos de fines de semana largos de 10 a 18. Para contactarse: www.campodeolivos.com.ar

Un viaje en el tiempo y una invitación a cosechar en Granja Pocitana. Este emprendimiento tiene el privilegio de ser el que conserva los primeros olivares que se plantaron en Pocito y además buena parte de las herramientas con que en el 1900 labraban la tierra y molían o conservaban los frutos recogidos. Quienes continúan la tarea que iniciaron el español Francisco Lara Peláez y su yerno argentino, Don Enrique Torés Santiago -la cuarta generación- quisieron homenajearlos mostrando en el mismo predio esos arados, segadoras, enfardadoras de alfalfa, rastrillos y otros elementos que utilizaban y que se exhiben en un museo a cielo abierto. Además allí también se puede pasear entre los olivos e inclusive, según contó Betina Moral, vivir la experiencia de la cosecha, porque tienen escaleras adaptadas a grandes y chicos y morrales para que junten las aceitunas. Si bien en el lugar no se puede visualizar el proceso la aceitera y la elaboración de aceitunas está en otro predio- si se explica cómo se logran los productos estrellas y por supuesto se degustan.

Un detalle que no es menor es que Granja Pocitana es un espacio amigable y accesible para las personas con discapacidad ya que se ha trabajado para hacer senderos por dónde puedan pasar sillas de rueda, no hay escaleras ni escollos que limiten la visita. También tienen baños accesibles. La idea es ampliar los senderos para cubrir todo el recorrido que se hace de lunes a sábado y feriados de 10 a 19 y los domingos de 10 a 14. Para saber más: www.granjapocitana.com.ar

 

Ricuritas en La 14 Gourmet. Además de poder ver detrás de un vidrio- todo el proceso artesanal de la elaboración de aceite en este emprendimiento ubicado en La Rinconada, sus propietarios armaron un gran almacén gourmet, donde se venden y degustan todos sus productos: los aceites de oliva de la marca Angelia Gourmet, pero además sus delicatesen como los aceites de oliva saborizados con romero y orégano, los tomates desecados y en polvo, los tomates rehidratados en aceite de oliva, las pasas de uva al natural e hidratadas en mistela o anís. Claro que hay un rincón especial para productos de panificación y repostería que combinan frutos, chocolates y otros sabores con aceite de oliva.

En el lugar se pueden hacer eventos y actividades especiales como cursos de arte y artesanías. Abre de lunes a viernes de 10 a 18, los sábados de 10 a 20 y los domingos y fines de semana largo con reservas. Su página web es www.angeliagourmet.com
 

Recorrido con tecnología. La Aceitera 6 Marías tiene una propuesta para aquellos que disfrutan de ver toda la maquinaria moderna e interiorizarse en cada paso del proceso para obtener los mejores aceites de oliva. Allí no hay plantaciones. Pero sí se puede observar el paso a paso y además el fraccionamiento de aceitunas para conserva. Una charla explicativa, un video y la posibilidad de estar en contacto con los trabajadores son la antesala y la invitación perfecta para luego probar de qué se trata lo que elaboran, según contó Néstor Vagliengo. Las visitas se pueden realizar de lunes a viernes de 8 a 18, los sábados de 8 a 13 y los domingos y feriados con reserva en info@seisnarias.com.ar. Para saber más: www.seismarias.com.ar
 

La propuesta ecológica. El recorrido por este olivar tiene una gran particularidad: Esteban Santipolio y Gisela Villarroel demuestran cómo a cada paso se puede producir respetando la naturaleza y poniendo en práctica los principios de la agroecología. Es que en Tutuna no sólo la plantación no tiene agroquímicos sino que ellos mismos producen el compost con que fertilizan la tierra y fortalecen las plantas. Justamente una de las parte de la visita consiste en mostrar y enseñar el modo en que se produce el compost con los residuos que deja la aceituna luego de que se le extrae el aceite. Además se incluyen explicaciones vinculadas a la producción de plantines, la plantación, la poda y la recolección del fruto. Según detallaron sus propietarios, ellos además cuentan cómo es la molienda para obtener los cuatro tipo de aceites que comercializan y el proceso de elaboración de aceitunas negras con bajo sodio. Otra parte interesante de esta visita es la diversificación de productos a partir del aceite y otras plantaciones. Es que en el predio además tienen un espacio destinado a la elaboración de productos de cosmética natural o fitocosmética. Los que al igual que el aceite y aceitunas pueden probar, degustar y comprar. Se puede visitar de lunes a sábados de 15 a 18. Para más información: www.tutuna.ayapar.com

 

Los pioneros. Aceitunas y aceites Dates es una de las tradicionales familias que elaboran aceites y aceitunas, pero además son unos de los iniciadores en el circuito turístico que dio forma a la ruta del Oliva. La página web es www.aceitunasyaceites.com.ar

Un almuerzo especial en La Salmuera. Las firmas Olivar de los Andes (aceites) y La Salmuera (aceitunas de mesa) de Establecimientos Olivícolas Mat SRL apostaron no sólo a abrir las puertas del emprendimiento productivo para mostrar cómo se elaboran estos productos en verdaderos emprendimientos boutiques, sino además reforzaron su propuesta con un restaurante temático dentro del mismo predio. Una especie de "todo entra por los ojos” pero además con la convicción de que si se prueba, mejor aún. Es por eso que elaboraron según detalló Marcos Vallejos, encargado de Turismo y Eventos del lugar, un menú de tres pasos con opciones que combinan perfectamente con sus aceites. Se puede comer en la misma cava dónde almacenan los aceites, el salón o el jardín.

La fábrica se puede visitar de lunes a viernes de 10 a 17, oportunidad en que se hacen degustaciones de sus productos (tiene un costo de $100 por persona e incluye una botella de aceite). Mientras que los almuerzos se sirven sábados, domingos y feriados a partir de las 12:30 (en este caso la visita no tiene costo porque se cobra solo lo consumido). Para contactarse: www.lasalmuera.com.ar

El Museo Don Julio, para recorrer con todos los sentidos. Ubicado en pleno centro, este espacio que es parte de la empresa Tupelí, invita a hacer un ejercicio de memoria, pasando por las diferentes etapas de la producción artesanal y antigua que solía hacer el fundador de la firma, don Julio Marún, inclusive con algunos ejemplos del equipamiento que se usaba en este emprendimiento que nació hace casi 70 años. Pero a su vez, es una propuesta poner en práctica el olfato y el gusto (se hacen degustaciones de sus productos no sólo aceites y aceitunas sino además conservas y pastas de aceitunas), el tacto (permiten tocar las maquinas antiguas), la vista y el oído ya que la visita se enriquece con videos que muestran otros aspectos del San Juan turístico y la evolución en la fabricación del aceite. 

El lugar además sirve de escenario para clases de cocina saludable y gourmet. El recorrido se puede hacer de lunes a viernes de 8:30 a 13 y de 17 a 20:30, los sábados de 9 a 13. Para mayor información: www.museodonjulio.com.ar