Simón tenía sólo 10 meses cuando falleció hace un mes. Cuando en las últimas horas comenzaron a difundirse los casos de víctimas fatales de la bacteria estreptococo pyogenes, su mamá comenzó a atar cabos de un desenlace al que nunca encontró respuestas.
En diálogo con DIARIO DE CUYO, Elisa, madre del pequeño, relató cómo comenzó todo en Córdoba, provincia en la que vivía junto a su pareja. "Mi bebé empezó con unas ronchitas en la cara, muy chiquitas, como una reacción alérgica, hacía baba y tenía los ojitos como con conjuntivitis. Él había salido de una internación por bronquiolitis. Lo llevé al médico y me dijo que era propio de lo que había estado internado. Así lo tuve casi dos semanas, llevándolo todos los días al doctor. Tenía fiebre. Me daban medicamentos para la fiebre y me repetían que no era nada. Hasta que un día lo llevé con baja saturación porque no respiraba bien, hacia fuerza para respirar. Recién ese día lo internaron", señaló.
Según relató la joven, en el Hospital Italiano de Córdoba le diagnosticaron bronquiolitis primero y neumonía después. "Ahí se le llenó el cuerpo de ronchas y tomó un color colorado, le empezó a cambiar la piel. Hizo septicemia. Le había dejado de funcionar el hígado y los riñones. Estuvo tres días sin orinar, le hicieron una diálisis para poder filtrar la sangre, pero no la resistió y murió", prosiguió Elisa.
"Nunca me dijeron lo que era. Cuando estuvo internado le hicieron una biopsia de médula y a la piel. Los estudios fueron a Buenos Aires, pero se demoraron demasiado. Los resultados hablaban de el síndrome de Stevens-Johnson, pero para mí nunca supieron lo que tenía porque un día me decían una cosa y después otra cosa, todos los días me cambiaban la enfermedad", agregó.
La mujer dijo que los síntomas con la bacteria asesina "son iguales". "Esto debe haber sido de lo que murió mi hijo", pensé.
El streptococcus pyogenes es una bacteria que se transmite por vía aérea y es una de las principales responsables de generar infecciones de garganta en los niños, como la faringitis o las anginas. También puede irrumpir cuando existen lesiones en la piel, entre ellas la varicela.