En cualquier centro urbano la existencia de terrenos baldíos sin ningún tipo de cierre o de servicios como el de energía eléctrica, es causal de inseguridad para los vecinos, ya que el hecho de permanecer abiertos y sin iluminación los convierte en un sitio apropiado para que los delincuentes los elijan como centro de operaciones de sus ataques o vandalismo. 

Está comprobado que esos terrenos baldíos permanecen en esas condiciones por diversos motivos y que no es fácil ponerlos en venta debido a que pertenecen a varios dueños o a sucesiones familiares que no tienen en orden la documentación para promover su venta. 

Es un hecho que el problema de los terrenos baldíos se ha generalizado y que las distintas comunas han implementado diferentes medidas para tratar de solucionar esta situación con muy poco éxito, ya que a pesar de los emplazamientos, algunos de carácter judiciales, no se logra la respuesta esperada de los propietarios quienes resuelven hacer oídos sordos ante estos requerimientos. 

Entre las comunas del Gran San Juan que han salido a intimar a los propietarios de terrenos baldíos está la Municipalidad de la Capital, que los obliga a ponerse al día con el pago de tasas o a pagar determinadas multas a quienes no cierren, construyan o iluminen y parquizar esos lugares. 

La otra comuna que ha planteado el tema con mucha seriedad es la Municipalidad de Chimbas que acaba de poner en vigencia una ordenanza sancionada en 2021 (la nro. 7.228), a pedido de los propios vecinos, que obliga a limpiar, desinfectar y cerrar los terrenos baldíos. Y que prevé multas para los que incumplan esta norma, aunque otorga, como en el caso de Capital, alternativas para resolver la situación sin tener que llegar a la multa. 

Se ha conocido que a través de la publicación de los respectivos edictos en este diario, en Chimbas ya se ha convocado a los dueños de una media docena de terrenos baldíos para que regularicen su situación. 

La existencia de un terreno baldío tiene numerosas connotaciones; contribuye a la inseguridad de la zona en la que están emplazado, al resultar guaridas de delincuentes que los utilizan como lugar de reunión para planear los ataques o como sitios para la comercialización de sustancias, una actividad que es muy delicada y comprometida para quienes participan en ella. También son foco de proliferación de animales peligrosos, insectos y roedores; contribuyen a la desvalorización de otros terrenos, viviendas e inmuebles de las inmediaciones y dificulta tareas de urbanización o mejoramiento de sectores por parte de los municipios. 

Se trata de un problema que es común en todos los departamentos de la provincia, cuyas comunas deberían aunar esfuerzos para intentar solucionarlo en busca de una mejor calidad de vida para los vecinos tanto en materia de seguridad y como de salud.