Uno de cada 10 chicos de entre 5 y 15 años trabaja en Argentina, según la Encuesta de Actividades de Niñas, Niños y Adolescentes (EANNA) 2017 presentada ayer por la cartera laboral, que también lanzó un Plan Nacional 2018-2022 para la prevención y erradicación de este flagelo.
“Ratificar nuestro compromiso de erradicar el trabajo infantil nos obliga a desarrollar acciones que venimos a presentar”, aseguró ayer el ministro de Trabajo Jorge Triaca durante una sesión especial de la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida de esta problemática, que concluyó ayer en la ciudad de Buenos Aires.
“Hay diagnóstico y hay plan: sólo queda llevarlo adelante”, aseguró el subsecretario de Estadísticas, Estudios y Políticas Laborales de la cartera laboral, José Anchorena.
La segunda edición de la EANNA, que actualiza la realizada en 2004 pero con la que “no resulta comparable”, mostró que en el país 715.484 niños y adolescentes de hasta 15 años trabajan, ya sea para producir para el mercado (3,7%), el autoconsumo (2,8%) o en labores domésticas intensivas (4,3%) como cuidado, limpieza o preparación de alimentos. Además, casi 90.500 de estos chicos trabajan en más de una de estas esferas, y 12.000 lo hacen en las tres al mismo tiempo.
En concreto, los 715.484 menores que participan de actividades productivas en áreas urbanas y rurales en todo el país, representan el 9,4% de la población total de niños con ese abanico de edad.
Anchorena explicó que si bien “no se puede comparar el total nacional” de 2004 y 2017 porque hace 13 años la encuesta “se hizo sólo en algunas regiones”, en las áreas medidas en ambas oportunidades -como el Gran Buenos Aires, Mendoza y algunas provincias del norte-, “efectivamente hubo una disminución importante que está entre el 40 y 50%”.
Del total de los chicos sometidos a trabajo infantil, el 66% (473.467) lo hace en alguna de las denominadas “peores formas”, ya sea por su temprana edad -tienen entre 5 y 11 años- o porque son tareas peligrosas, insalubres o muy intensivas.
El estudio estadístico, realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y el Ministerio de Trabajo, demuestra que la región del Noreste (Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones) es la más afectada por el trabajo infantil: lo realiza el 25,8% de los niños y adolescentes del área rural y el 7,2% de los que residen en zonas urbanas.
Respecto a la diferenciación por género, la EANNA mostró que el trabajo infantil para el mercado es realizado entre un 63 y un 72% por varones (según se trate de la ciudad o el campo), masculinización que es aún más pronunciada en el caso de la producción para el autoconsumo (64 al 83%); mientras que la tarea doméstica intensiva recae sobre todo en las mujeres (entre el 55 y el 59%).
En cuanto al tiempo que a los niños les insume realizar tareas para el mercado en la ciudad, el 41% le dedica de 3 a 10 horas semanales, el 28,2% de 1 a 3 horas, el 23,5% entre 10 y 36 horas y el 7,2% emplea en ello 36 horas o más, una proporción que se mantiene en el área rural.
“Hay niños que nos dijeron que trabajan hasta 84 horas semanales“, dijo Anchorena.
Y si el foco es puesto en la persona o grupo que se beneficia del trabajo infantil, los chicos trabajan en primer lugar para “ayudar a un familiar por cuenta propia” (entre el 50,1 y el 57,5%), “para un patrón” (entre el 9,6 y el 12,9%) o para “ayudar a un familiar que trabaja para un patrón” (entre 9,1 y el 13,8%).
La no escolarización se quintuplica entre los niños y adolescentes que trabajan en relación a los que no lo hacen, tanto en el campo como en la ciudad, y la cantidad de chicos que repitieron un año se duplica también entre los primeros. El plan fue presentado por el titular de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti), Fausto Spiga. Télam