El terremoto más potente en castigar a México en 85 años dejó en la medianoche del jueves hora local al menos 60 muertos y decenas de heridos en el sur del país, donde causó mayores daños al derribar algunos edificios y viviendas precarias de adobe o ladrillo pero sin vigas, según las autoridades, que siguen evaluando las zonas más afectadas.
Con una magnitud reportada por el Servicio Geológico de EEUU de 8.1 grados en la escala de Richter, el terremoto desatado en la madrugada de ayer hora argentina fue el más fuerte en azotar México desde 1932. Destruyó bardas, vidrios, cortó la electricidad, Internet y disparó un pequeño tsunami.
Incluso, se espera que la cifra de muertos crezca a medida que pasen las horas.
De acuerdo con las mediciones del Servicio Sismológico Nacional de México, el temblor tuvo una magnitud de 8.1 y se originó en el mar cerca de Pijijiapan, en el estado Chiapas, aunque se sintió con mucha fuerza en la capital mexicana y ciudades fronterizas de Guatemala, Salvador y Honduras donde provocó destrucción aunque no dejó muertos.
El presidente Enrique Peña Nieto escribió ayer en su cuenta de Twitter que los estados Oaxaca y Chiapas, con costas en el Pacífico, son los más afectados y que hasta el momento ha habido 260 réplicas, las más intensa de 6.1 de magnitud.
Una de las zonas más afectadas por el movimiento telúrico fue el municipio de Juchitán, en Oaxaca. Su alcaldesa, Gloria Sánchez, dijo en un contacto radial que la situación era "crítica" y la "más terrible en su historia".
"Por esta situación hemos pedido la intervención directa del gobernador y del presidente de la República", sostuvo. Allí, detalló, se derrumbó la mitad del edificio de la presidencia municipal, la escuela más antigua del lugar, una iglesia, y viviendas. Además tuvo que ser evacuado un hospital y cientos de personas quedaron a la intemperie.
Reportes de distintas autoridades dan cuenta de 45 muertos en Oaxaca además de 250 heridos, 12 víctimas fatales en Chiapas, el estado más cercano al epicentro, y dos niños y un adulto fallecidos en Tabasco.
Imágenes de canales de televisión locales mostraron algunos edificios parcialmente derrumbados en Oaxaca, entre ellos un hotel, y daños en algunas carreteras.
Habitantes de la capital mexicana y de otros estados afectados salieron corriendo a las calles incluso en pijamas. Muchos tuvieron ataques de pánico. El recuerdo del terremoto ocurrido en septiembre de 1985 en México, que causó alrededor de 10 mil muertos, fue el principal motivo de angustia para los habitantes del Distrito Federal.
En la Ciudad de México el sismo fue intenso y largo, pero la mayoría de las familias ya dormían, ya que se registró a las 23,49. En un principio la alarma generó confusión, ya que un día antes, en la capital se alertó por error.
Según narró a Télan Mónica García Trujillo, editora de la agencia de noticias Notimex, "cuando el temblor comenzó a sentirse, causó el pánico usual entre muchos capitalinos que recordamos lo que nos dejó el sismo de 1985: bajar corriendo para salvaguardarse. En muchas zonas se experimentaron apagones". "Los recuerdos a flor de piel, la angustia crecía a medida que el movimiento telúrico se alargaba, 10 segundos, 20, 30. casi un minuto de duración", agregó. "Los perros aullando, el cielo iluminado por múltiples destellos que se pudieron observar desde varios puntos. Los niños no paraban de llorar, sus madres rezando, otras alentando a guardar la calma. En varios estados suspendieron las clases para revisar la infraestructura escolar, mientras que los aeropuertos trabajaban con normalidad.
Triboluminiscencia, luces ligadas al sismo
El poderoso terremoto que azotó México vino acompañado de manifestaciones lumínicas de gran belleza sobre el cielo del país, fenómeno que se conoce como triboluminiscencia.
Los destellos se asocian al sismo a partir de la fricción de las partículas presentes en la corteza terrestre que generan efectos tanto eléctricos como electromagnéticos. Las rocas de la corteza terrestre tienden a tener ciertas imperfecciones y al ser sometidas a esta fricción sueltan electrones o cargas eléctricas.
Estos electrones cargados de "energía cinética" tienden a buscar alguna salida, por lo que, para ello, salen al contacto con la atmósfera. Al impactar contra la ella, la energía se transforma en energía lumínica, provocando el fenómeno que conocemos como triboluminiscencia.