Entre las perlas escritas en él, recojo ahora la del choque de velocidades, donde expresa cómo las naciones de todo el mundo en distintos ritmos de marchas, se esfuerzan en construir economías avanzadas. 

En este capítulo, justo el número 5, llama la atención a todos los dirigentes empresariales, políticos y civiles, sobre una realidad que aún hoy pocos entienden. En palabra de los Toffler es: "una economía de avanzada necesita una sociedad avanzada, pues cada economía es producto de la sociedad en que se encuentra inserta y depende de sus instituciones básicas". 

Lo cierto es que si un país quiere acelerar su crecimiento económico pero deja atrás sus instituciones básicas, muy pronto encontrará el límite para crear riquezas. A esta realidad los Toffler le llamaron "ley de la congruencia". Esto mismo sucede hoy en sociedades como la sanjuanina, donde las burocracias avanzadas remiten a los sistemas de generación de riqueza basados en el conocimiento, hacia una realidad retrasada. 

Para graficarlo mejor, el matrimonio futurista, se paró en la carretera del conocimiento con radar en mano y describió a los líderes y rezagados de la nueva economía mundial: 

* A 160 kilómetros por hora zumban las empresas y los negocios, imponiendo transformaciones revolucionarias en la sociedad a una velocidad tecnológica que incluso sus directivos, empleados y proveedores no pueden manejar. 

* 145 km por hora circula el coche de la sociedad civil. Las ONG, constituidas por coaliciones variopintas y cambiantes pro-empresa y anti-empresa. Ejemplos locales sobran. 

* En tercer lugar y a 100 kilómetros por hora circula el auto de la familia. Existen cambios en el entorno familiar favorecidos por las tecnologías o no, que están modificando las realidades hogareñas para bien o para mal. 

* 50 km por hora. A esta velocidad circulan los sindicatos. En la era digital, donde el trabajo es portátil, estas instituciones aún no se replantean su misión y sentido. 

* 40 km por hora. En este coche y por el carril lento, circulan las burocracias gubernamentales y su lenta toma de decisiones. Resolviendo problemas, en lugar de practicar verbos como el planificar, proyectar, prever, prevenir, es decir, acelerar y anticiparse a los cambios.  

* 5 km por hora. Aún para el auto fundido del gobierno es posible mirar para atrás y encontrar un vehículo rezagado en la autopista, repleto de pasajeros como los padres, profesores innovadores y alumnos: este auto, se llama Educación Pública. 

* 10 kilómetros por hora. A esta velocidad circulan los organismos internacionales como la ONU, FAO, OMC, Mercosur, etc. La globalización les pasó por encima, sin cambiar de carril y hoy afectan la economía mundial por su disfuncionalidad. 

* A 5 o menos kilómetros por hora caminan los partidos políticos y la Ley, con sus instituciones como los congresos, la justicia, etc. Desprestigiados, con el motor fundido y sumidos en un mundo complejo, según los Toffler. 

Urge entonces coordinar una acción sistémica desde lo privado, a fin de diseñar un nuevo San Juan. ¿Para pensarlo? ¿O no? 

EN NÚMEROS 
 
50% 
es lo que decreció la participación del agro en el Producto Bruto Interno de San Juan entre el 2005 y el 2015. 

Parrales abandonados, realidad creciente
en San Juan.