El presente nos señala un crisis hídrica hasta ahora no registrada por nosotros desde que la provincia sostiene el historial de derrame en el río San Juan. La semana pasada confirmamos además el pronóstico de seca para la década que recién se inicia de parte del Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, conducido por el ingeniero Oscar Dölling.
Es más, esta crisis y el documento papal Agua Fuente de Vida ha sido uno de los temas de la Semana Social de la Iglesia desarrollada la pasada semana por el Arzobispado local y la Comisión de Justicia y Paz, donde especialistas y viñateros analizaron el tema.
En esta mesa de diálogo sobre el agua quedó en claro que el debate recién comienza. Y requieren de una participación de todos los sectores: regantes, industrias, energético, gobierno, vecinos que consumen así como habitantes cercanos a humedales, cauces y canales. Obviamente, con la la visión técnica-legal-económica y administrativa de científicos y autoridades de aplicación y administración
POZOS
Claro está que la falta de nieve en cordillera obliga a mirar bajo el suelo. Acá es donde el ingeniero Oscar Dölling nos dejaba tres consejos la pasada semana:
- Revisar la legislación actual en materia de manejo de oferta y demanda de agua a fin de lograr un sistema de distribución de aguas más flexible que garantice a los usuarios la equidad en el acceso y disponibilidad del agua de riego.
- Incorporar en el Código de Aguas un Plan integral de gestión y control de la calidad del agua superficial y subterránea que tenga por objeto incorporar a corto plazo técnicas de rehuso de agua en las actividades agrícolas e industriales y el control de la basura que hoy se arroja impunemente a los canales y drenes.
- Realizar un inventario de acuíferos, de lagos, de glaciares, entre otros. Nosotros en PGICH ya hemos iniciado junto con el INTA un primer mapa de calidad de agua subterránea y mapas de aptitud para uso agrícola con un proyecto PDTS 2016-2017. El PGICH hoy cuenta con un completo equipo de medición de calidad de agua portátil para medir en las mismas fincas el oxígeno disuelto, sales, nitratos, pH entre otros aspectos.
EL DEBATE
Para el ingeniero Oscar Dölling, la gestión del principal acuífero sanjuanino "es un tema muy interesante aunque no menos preocupante. Interesante por cuanto las personas pueden verse tentadas a suplir el agua superficial faltante con agua subterránea, pero existen una serie de impedimentos y limitaciones legales, técnicas y económicas a tener en cuenta".
Respecto a lo legal, el investigador marcó: "el Código de Agua prohibe a los privados la substitución de fuentes de agua sin autorización del Departamento de Hidráulica, esto es, los pozos no sólo deben estar declarados y aprobados por DPH sino que su uso debe estar controlado por la DPH".
Y agregó: "Técnicamente existen limitaciones en cuanto al uso de los pozos, por un lado debemos saber que estamos extrayendo agua que es posible que tengo una antigüedad de cientos o miles de años, en especial aquellas aguas más profundas superiores a 50 metros, es decir estamos usando agua que no se podrá recuperar sino hasta dentro de cientos o miles de años rompiendo completamente el balance hídrico de la cuenca".
Por otro lado al perforar un acuífero, si no se hace con la debida precaución y las técnicas correctoras podemos comunicar napas de agua subterránea superficiales -freáticas, hoy contaminadas con nitratos y otros contaminantes- con las napas más profundas, la contaminación de las napas profundas, así como su explotación, son irrecuperables, es decir la vulnerabilidad de nuestros acuíferos es enorme", indicó.
Por otro lado, "si bien podemos cubicar un acuífero de Tulum de 270 mil hectómetros cúbicos – hm3-, no todo ese volumen es de agua disponible realmente, existe un gran porcentaje de agua más superficial contaminada no útil para riego ni para agua potable, existe luego una limitación por la interferencia que un pozo respecto a otro ubicado cerca, los pozos durante su funcionamiento producen una gran depresión cónica del nivel de agua del acuífero, si existen varios pozos funcionando al mismo tiempo esto deprimiría la napa en forma inmediata y algunos pozos quedarían ‘colgados’", explicó.
PREOCUPANTE
"Este escenario, con nula recarga de acuíferos por falta de agua superficial y una extracción excesiva de agua subterránea nos llevaría en poco tiempo a la sobreexplotación con efectos irreversibles en nuestras cuencas subterráneas y el impacto en nuestras generaciones futuras", aseguró Dölling.
Así planteado, "el fortalecimiento del control sobre los acuíferos, tanto en calidad de agua como en su sobreexplotación, deberá tenerse como un objetivo prioritario para las autoridades del agua en la provincia", indicó el investigador agregando: "Supongamos que queremos suplir los 1.000 hm3 que el río San Juan no nos está entregando superficialmente, entonces en unos 30 años habremos eliminado de la cuenca subterránea unos 30 mil hm3, un vaciamiento irremediable y con consecuencias catastróficas incluso para la misma calidad de las aguas subterráneas por descenso de las manchas de nitratos que hoy están mas superficiales".
Y sentenció finalmente: "La falta de control, en épocas de crisis hídrica, puede conducir inevitablemente a la desertificación de nuestros oasis, es mejor entenderlo ahora antes de llorar sobre la leche derramada".
A modo de conclusión podemos enfatizar la necesidad de sentar, tal como se hizo en la Semana Social y en el Acuerdo San Juan, a todos los sectores de la sociedad que se desarrolla en cada oasis provincial a diseñar, gestionar y controlar los nuevos tiempos que se avizoran en torno a un recurso clave como el agua.
EN NÚMEROS
- 70 mil hectáreas sólo de vid se cultivaban al menos a fines de los años 60 y principio de los 70 en San Juan.
- 80 mil serían las hectáreas cultivadas en la provincia de San Juan según el último relevamiento del Departamento de Hidráulica.
- 60 mil serían las hectáreas cultivadas en nuestra provincia según el Censo Nacional Agropecuario 2018.
- Un solo recurso público
Algunos especialistas e investigadores locales sostienen "que en la medida que no se modifiquen los criterios actuales de gestión y administración del recurso, los embalses no alcanzan para enfrentar periodos hidrológicos pobres continuos. Es necesario incorporar el uso conjunto superficial y subterráneo como un solo recurso público, modificar la valorización económica y social del agua y adecuar la legislación vigente a fin de sortear la actual crisis hídrica".
- Oferta y demanda
Unos 270 mil hectómetros cúbicos -hm3- conforman estimativamente el reservorio subterráneo sanjuanino. 1.900 hm3 son los acumulables en los cuatro embalses del río San Juan. Durante la primera década de este siglo el derrame hídrico promedio anual del río fue de 2.092 hectómetros cúbicos, mientras que en la segunda fue de unos 1.163 hectómetros cúbicos, casi cercanos a los 1.200 que necesitamos anualmente para sostener nuestro mayor oasis, el Valle de Tulum. El pronóstico más probable es de 692 hectómetros cúbicos para este ciclo.