El rebrote de los casos de Covid-19 en la Argentina, que ha dado lugar a imponer restricciones en la movilidad social, coincide con el inicio de la vacunación contra el coronavirus pero este esperado avance para la inmunización no es un milagro, como parecen interpretarlo quienes han bajado la guardia contra la enfermedad en un relajamiento peligroso. Las vacunas aplicadas en diferentes países son una cantidad ínfima con respecto a la población global y los resultados no serán inmediatos, según los expertos.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) pasarán como mínimo seis meses para que las vacunas ayuden a bajar los casos diarios en la pandemia, y la campaña de inmunización tampoco tendrá el efecto deseado si la gente se sigue reuniendo en forma numerosa, abandona el uso de barbijos o deja de tomar las precauciones sanitarias recomendadas.

Es que si bien las vacunas pueden estar salvando vidas, la transmisión viral no se detiene, con el agravante de haberse detectado variantes más contagiosas como las mutaciones aparecidas en el Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, prueba inequívoca de que la pandemia está lejos de terminar. Algunos laboratorios dicen que sus desarrollos también pueden neutralizar las nuevas cepas, pero el panorama se complica sin duda.

Los científicos son cautelosos y advierten que sería un error flexibilizar las restricciones en estos momentos, ya que en la mejor de las situaciones la llegada de la ansiada inmunidad de grupo, la que se produce cuando se vacuna una parte importante de la población, a la que se suman las personas que han desarrollado anticuerpos tras un contagio previo, va a tardar. Es decir, empezar a vacunar no significa decir adiós a la pandemia porque seguiremos conviviendo con ella durante bastante tiempo, por lo menos hasta conseguir una cobertura del 70% de la población mundial.

Se debe tener en cuenta que en todos los países las primeras vacunas están dirigidas a escenarios de riesgo, tal como ocurre en la Argentina con la aplicación a las primeras líneas de los profesionales de la salud y escenarios de riesgo. Por eso los especialistas señalan que resulta muy difícil aventurar plazos sobre cuándo se podrá abandonar las medidas de protección actuales, aunque la campaña de vacunación juegue a favor del resguardo epidemiológico.

Las autoridades conocen este escenario y no son caprichosas las nuevas restricciones aunque restrinjan las vacaciones y afecten los negocios de temporada.