La fuga de líquido con oro, plata y solución cianurada que traspasó en marzo el valle de lixiviación de la mina Veladero no produjo “perjuicio a la salud pública ni al medio ambiente”. A esa conclusión llegó el fiscal de Jáchal, Sohar Aballay, en base a testimonios, informes y monitoreos de agua y suelo, dado que el flujo que salió fue reencauzado hacia el perímetro de contención y no estuvo ni cerca de llegar al río más próximo. Por eso, le solicitó al juez Pablo Oritja que archive la causa porque no se configuró ningún delito estipulado en la ley de Residuos Peligrosos, explicaron fuentes judiciales. Si bien el magistrado evitó dar una opinión dado que aún no resuelve el tema, las fuentes aseguraron que le hará lugar al planteo del representante del Ministerio Público, cuya postura es clave debido a que es el encargado de impulsar el castigo penal siempre que haya maniobras delictivas.

De esa forma, el tercer incidente seguirá el mismo camino judicial que el segundo, el cual se registró en septiembre del año pasado y tuvo características similares. Por el desacople de una cañería se escapó solución cianurada del valle de lixiviación, pero que tampoco llegó a un curso de agua. El que si tuvo un resultado diferente fue el derrame de septiembre de 2015, ya que en este caso sí se vieron afectados tres ríos iglesianos con líquido con cianuro. De hecho, la causa fue elevada a juicio con ejecutivos procesados (Ver datos).

El hecho que se produjo el 28 de marzo de este año produjo sumo malestar en la gestión uñaquista, ya que era el tercero que se producía en un año y medio. En el Ejecutivo señalaron entonces que los incidentes reflejaban el paso del tiempo en la mina y obligaron a que la empresa Barrick invirtiera dinero e hiciera cambios para evitar más hechos. El Gobierno también dispuso la suspensión de la actividad en cuanto al uso de solución cianurada y aseguraron que iban a multar a la compañía. De hecho, por el derrame de 2015, la provincia le aplicó una sanción de 146 millones de pesos y por el segundo incidente está en trámite otro sumario.

 

Fuentes judiciales indicaron que el juez Pablo Oritja resolverá el caso en febrero.

El último caso se produjo por un desacople parcial de la cañería corrugada en el sector sur del valle de lixiviación, la zona en la que se separa el mineral de la roca con el químico. Frente a esa situación, se constató que salía poca solución rica (con oro, plata y cianuro) y cuando los empleados quisieron solucionar el tema, se produjo un desacople mayor. Así, salió más líquido, socavó el terreno, por lo que tres cañerías quedaron en el aire y hubo un desajuste más grande. El caudal sobrepasó la berma (talud de contención) y se desplazó por un camino de servicio. Los trabajadores taponaron el área metros abajo, abrieron la berma y el líquido regresó al valle de lixiviación.

Según las fuentes, el fiscal Aballay fundamentó su pedido de archivo de la causa en los testimonios del secretario de Gestión Ambiental y Control Minero, Eduardo Machuca, y del director de Control y Fiscalización Ambiental Minera, Carlos Astudillo, quienes inspeccionaron la mina y constataron que el incidente no llegó a ningún curso de agua. Además, hubo monitoreos en el río Potrerillos, el más cercano, y no se detectó la presencia de cianuro. En cuanto al camino en el que se trasladó el material, los valores reflejaban parámetros que cumplen “ampliamente” con los niveles guías de suelos industriales, según el expediente. No obstante, la zona se remedió, se excavó y la tierra se depositó en el valle de lixiviación como precaución, dijeron las fuentes.

El derrame de 2015
En la causa hay siete ejecutivos procesados por el delito de contaminación de agua, en su modalidad culposa, es decir, por actuar con negligencia o impericia en la profesión. El derrame de solución cianurada llegó a tres ríos iglesianos. El juez Pablo Oritja elevó el expediente para que se realice el juicio contra los implicados.

El incidente de 2016
Tras un pedido del fiscal Sohar Aballay, el juez Oritja archivó el incidente de septiembre del año pasado. Un bloque de hielo desacopló una cañería y la solución cianurada salió del valle de lixiviación, se acumuló en un sector y no llegó a ningún río. Los investigadores consideraron que no se afectó ni la salud ni el ambiente.