A menos de 48 horas del paro nacional convocado por el triunvirato de la CGT, trascendió un video en las redes sociales donde se lo puede ver al líder del Sindicato de Peones de Taxis, Omar Viviani, amenazar con romper los autos de aquellos taxistas que no se plieguen a la medida de fuerza.
"Hay muchos carneros que van a salir a trabajar. Hay que darle vuelta los coches, por hijos de puta", sentenció ante un centenar de sindicalistas reunidos en la sede del gremio, quienes –exaltados– festejaron sus dichos.
Todos los gremios del transporte ya anunciaron que se sumarán a la huelga, por lo que se espera que la adhesión sea masiva. Sin embargo, como ocurrió en otras oportunidades, los propietarios de los taxis no se sumarán a la huelga.
"Hay muchos que cuando sube el pasajero se hacen los pelotudos. Hay muchos que durante el gobierno anterior parecían más gorilas que Macri, pegándole a la ex Presidenta. Y seguramente muchos de esos carneros van a salir a trabajar. Hay que darle vuelta los coches, por hijos de puta", exclamó un Viviani embravecido.
Viviani aseguró además que en la Argentina se está dando una lucha de clases "entre los que la tienen toda y entre nosotros los trabajadores". "Algunos creen, todavía esperanzados, en que este gobierno liberal nos va a traer, como ellos decían, que no iba a quedar ni un solo pobre. No va quedar ni un solo pobre porque se van a morir de hambre con este gobierno de mierda", precisó.
Luego de que circulara el video, el gremialista hizo un mea culpa y aceptó que se equivocó. "Se me salió la cadena", declaró en diálogo con Oscar González Oro en radio Rivadavia. Al intentar dar una explicación, Viviani aseguró que hay "compañeros" que están atravesando una situación difícil. A modo de ejemplo, aseguró que esta mañana había 40 conductores durmiendo en sus autos porque "no tenían plata para volver a su casa".
Intervención de la Justicia
Luego de que se conociera el video con las violentas advertencias, la fiscal porteña Verónica Guagnino inició un expediente de oficio para confirmar la materialidad de los hechos y avanzar en una investigación.
Guagnino no tiene dudas: "Claramente es una amenaza; -esta figura- puede ser simple, como decir ‘te voy a matar’, o para que el otro haga o no algo en contra de su voluntad, que sería este el caso. Aparentemente la finalidad es forzar a quienes no quieren hacer algo", señaló en declaraciones a radio El Mundo. "Esa podría ser la calificación más sencilla de las posibles, también podría ser instigación a cometer delitos de daño", concluyó.