Nada presagiaba aquella noche en Estambul que la ‘cena’ que este gato estaba a punto de cazar se iba a volver contra él. La caza dio un giro inesperado cuando el felino lanzó un zarpazo al ratón y alcanzó su cola. El pequeño roedor, al sentir el peligro mortal, se rebeló contra el propio destino y todas las leyes de la naturaleza.
En vez de entregarse, el ratón inició un contraataque a base de saltitos acompañados y formidables chillidos. El felino no esperaba tal desenlace y, asustado, dio marcha atrás huyendo de la que tenía que haber sido su presa.