Un enorme pedazo de hielo de 1.270 kilómetros cuadrados –aproximadamente el doble del tamaño de Madrid– se ha desprendido de la Antártida, detectaron este viernes los instrumentos del British Antarctic Survey (BAS), institución dedicada a la investigación del continente.
El iceberg se separó de la plataforma de hielo Brunt, ubicada en el mar de Weddell, en el sur del océano Atlántico, donde se encuentra la estación de investigación Halley, que actualmente permanece cerrada debido a las temperaturas extremas, por debajo de los -50 °C.
El primer indicio de que ese desprendimiento era inminente llegó en noviembre del 2020, cuando una nueva grieta, llamada ‘North Rift’, se dirigió hacia otra gran fractura cerca del glaciar Stancomb-Wills, a 35 kilómetros de distancia. Durante todo el mes, esta brecha estuvo desplazándose hacia el noreste a una velocidad de hasta 1 kilómetro al día, atravesando la plataforma de hielo flotante de 150 metros de espesor, lo que se puede ver en un video, publicado por el BAS. El nuevo iceberg se formó cuando la grieta se ensanchó varios centenares de metros en pocas horas la mañana del 26 de febrero, desprendiéndose del resto.
La directora del BAS, Dame Jane Francis, afirmó que el equipo "lleva años preparándose para el desprendimiento del iceberg de la plataforma de hielo". "Vigilamos diariamente la plataforma de hielo mediante una red automatizada de instrumentos GPS de alta precisión que rodean la estación, los cuales miden cómo se deforma y se mueve la plataforma de hielo", detalló, añadiendo que los investigadores también utilizan imágenes de satélites de la NASA y de la Agencia Espacial Europea y del satélite alemán TerraSAR-X.
"Todos los datos se envían a Cambridge para su análisis, por lo que sabemos lo que está ocurriendo incluso en el invierno antártico, cuando no hay personal en la estación", explicó.
Según la experta, en las próximas semanas o meses, el iceberg puede alejarse o encallar y permanecer cerca de la plataforma de hielo Brunt. "Esta es una situación dinámica", confirmó Simon Garrod, director de operaciones del BAS. "Nuestro trabajo ahora es seguir de cerca la situación y evaluar cualquier impacto potencial del actual desprendimiento en la plataforma de hielo restante", concluyó.