Doce años tuvieron que pasar para ver a Juan Román Riquelme y Martín Palermo tirando paredes otra vez en un mismo campo de juego. Ayer, sobre el verde césped de La Cerámica, los dos ídolos de Boca volvieron a jugar juntos en el Partido de las Leyendas de Villarreal.
Para festejar sus 100 años de vida, el Submarino Amarillo organizó un encuentro amistoso y convocó a sus figuras históricas. Entre ellas el eterno enganche de Don Torcuato y el Optimista del Gol, que fueron de los más ovacionados por los más de 19 mil hinchas.
Si bien ambos se retiraron hace ya varios años (Palermo en 2011 en el Xeneize y Riquelme en 2015 en Argentinos Juniors), demostraron que tienen la clase intacta y estuvieron muy cerca del gol, aunque finalmente la historia terminó 1-0 en favor al combinado español. El Nº8 se cansó de meter pases entre líneas y confundir a los rivales con su característica pausa, mientras que el Nº9 se animó a rematar desde atrás de la mitad de la cancha, pero su intento no pudo sacudir las redes como aquella noche en Avellaneda contra Independiente en 2007.
A través de sus redes sociales, el Submarino Amarillo compartió una imagen de Román y el Titán antes de ingresar al vestuario. Se los ve charlando, compartiendo mate y, seguramente, varios conceptos futbolísticos. Más allá de los cortocircuitos del pasado en tiempo de pantalones cortos, lo cierto es que el histórico enganche y centrodelantero suelen tener contacto frecuente para negociar refuerzos y préstamos.
Locura en las afueras
Fueron muchas las peñas en España de hinchas de Boca que se acercaron a la puerta del Madrigal y coparon la previa con casi 2.000 hinchas. Banderas, camisetas, humo, bengalas y muchas referencias a Riquelme y a Palermo, los dos protagonistas de lujo.
"Estoy muy contento. Volver después de muchos años y tener este recibimiento, y reencontrarme con mucha gente que me acogió cuando llegué y que me acompañaron y ayudaron. Estoy muy agradecido, estoy disfrutando mucho todo esto", dijo Palermo.