Los viñateros estaban esperando las primeras heladas para que se caigan las hojas de las viñas y poder entrar de lleno a los parrales a realizar las tareas de poda y atada de las plantas que se extenderán hasta la primavera.
 

Y si bien algunos chacareros aún continuaban cosechando y comercializando verduras del verano, que ahora con los fríos desaparecerán, reconocen que el cambio de temporada es saludable para renovar los cultivos de la nueva estación en las fincas. 

El domingo se produjo en San Juan la primera helada de la temporada cuando el termómetro cayó a -1,5 grados, según los registros del climatólogo German Poblete. Llegó adelantada respecto al año pasado cuando el fenómeno se produjo recién el 7 de junio. No obstante, es considerada normal porque el plazo corriente va del 25 de mayo al 31 de agosto de cada año. Fuera de esa época son consideradas muy dañinas para los cultivos en San Juan. 

Lo cierto es que con las primeras heladas del otoño comenzarán a desaparecer de las verdulerías los choclos, pimientos, zapallitos, chauchas y tomates sanjuaninos, para dar lugar a la verdura del invierno. Y en cambio, en esta época empiezan a asomar con fuerza en los cajones de las ferias de Rawson y Capital las producciones de temporada, el ‘verdeo’, integrado por remolachas, acelgas, espinacas y alcauciles, entre otros. ‘’Un invierno normal es bueno porque ayuda a limpiar el mercado. A esta altura, sin caer ninguna helada como veníamos, se juntan las verduras de dos estaciones, las de invierno y las de verano, toda en el mercado. Y es como que se están estorbando’’, opina Juan Carlos Gimenez, titular de la Sociedad de Chacareros. Lo que quiere decir el productor es que al desaparecer ciertas verduras los mercados deberán traerlas de otras provincias, con diferencias de precios, lo que ayuda a tonificar los valores de la producción nueva que será siempre más barata que la foránea. La contracara de esto será para el bolsillo de la gente, ya que de ahora en adelante las verduras que provengan de provincias del norte serán más caras. 

Los viñateros aguardaban el descenso de temperatura para encarar la temporada de poda. ‘’No podíamos empezar porque no se caían las hojas. Ahora, una semana más y podremos arrancar’’, dijo Juan José Ramos desde la Asociación de Viñateros. A partir de las primeras heladas y hasta mediados de septiembre se inicia la temporada de corte y atada de viñas. En San Juan hay unas 48 mil hectáreas de vid y para podarlas se precisan alrededor de 576 mil jornales (no obreros), según las cuentas de la Federación de Viñateros. ‘’Una persona puede podar unas 150 plantas diarias y precisará 12 días para trabajar una hectárea que tiene 1.800 parras promedio’’, explica Eduardo Garcés, desde la Federación de Viñateros. 
 

Cuándo hiela

Según el criterio agrometeorológico se ha producido una helada cuando la temperatura del aire dentro de la casilla meteorológica que la mide (a 1,5 metros de altura) ha descendido por debajo del cero grado centígrado. El efecto en la planta es que se forma hielo en el interior de las células y provoca su deshidratación.  

Poda de vides

La poda de la vid es una práctica realizada que consiste en reducir la parte vegetativa de las plantas con el objetivo de limitar su crecimiento natural y de mejorar su rendimiento y la calidad de las uvas. Al cortar la longitud de los sarmientos se logra que la vid produzca menos racimos, pero de más grosor y más calidad. 

 

Tiempos de poda 

Normalmente los productores chicos encaran la tarea de poda y atada con los obreros de planta permanente, pero las grandes superficies demandan la contratación de mano de obra temporaria. Ni en la Federación ni en Foeva saben calcular cuántos trabajadores se dedican a esta tarea en San Juan. ‘’Pero nunca es como en la cosecha’’, dice Garcés.