Las historias complejas en medio de la pandemia por coronavirus se multiplican y la de Estefanía Arancibia no es la excepción. La joven sanjuanina, de 24 años, viajó desde Río Cuarto el pasado viernes para poder despedir a su madre con cáncer terminal pero no pudo hacerlo porque no la autorizaron a salir ni siquiera cuando ya había fallecido y tuvo que cumplir el protocolo común que se aplica también en otras provincias y países a pesar de la gravedad del caso.
La dramática seguidilla de sensaciones amargas comenzó la semana pasada para la chica, quien vive desde hace un tiempo en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, donde trabaja en el rubro gastronómico. El martes 16 de junio se enteró que su madre de 51 años estaba internada en grave estado producto de la enfermedad y comenzó a tramitar su regreso a San Juan.
“Gestioné una excepción de aislamiento obligatorio con el Ministerio de Salud y también con el de Gobierno, con el objetivo de llegar a San Juan y poder ver a mi madre, pero entre las dos áreas se tiraban la pelotita y no obtuve respuestas. Es más, el viernes al mediodía me dijeron que tenía que hacerme un hisopado en Río Cuarto, donde hace más de 70 días que no detectan ningún caso. Entonces fui a un hospital y a esa hora ya no realizaban más tests. Averigüé en hospitales privados y costaba 6 mil pesos, pero como no tenía esa plata decidí no hacérmelo y viajé”, contó angustiada Estefanía en diálogo con DIARIO DE CUYO.
La joven emprendió el viaje rumbo a la provincia por la tarde y, luego de recorrer rutas por más de 12 horas por los diversos controles, llegó en la mañana del sábado. De inmediato fue trasladada a cumplir el aislamiento obligatorio en el Hotel Veladero, pero no le hicieron el hisopado correspondiente ni viernes ni sábado. Mientras las horas pasaban sin poder ver a su madre, Estefanía le llamaba por teléfono para decirle que estaba cerca y que gestionaba una salida para visitarla. A su vez, se comunicaba con una asistente social para pedirle un permiso especial.
En la mañana de este último lunes continuó sin novedades aunque cargada de ilusiones por poder ver a su madre, hasta que antes del mediodía le hicieron finalmente el hisopado y le dijeron que por la tarde iban a darle el resultado. “En ese momento le llamé a mi mamá, que todavía me escuchaba, y le dije que yo ya iba a llegar, que me espere. Pero una hora más tarde, lamentablemente, ella murió. Mi hermana menor le estaba comentando que iba a visitarla y en ese momento se le cayó una lágrima y dejó de respirar”, detalló la joven al borde de quebrarse emocionalmente.
Invadida por la tristeza y la desesperación, Estefanía le llamó nuevamente a la asistente social y le pidió otra vez el permiso. “Le dije que tenía el alma partida y me ofreció que me daban una hora para salir, que yo tenía que elegir entre el sanatorio, el velatorio reducido o directamente el cementerio. Me incliné por la última opción porque sentí que allí podía acompañar más a mi familia después de haber estado encerrada con tanto dolor”, expresó.
Sin embargo, las esperanzas de darle el último adiós a su madre terminaron de derrumbarse sobre las 9:30 de este martes, a poco minutos del sepelio pactado para las 11. “La asistente social me envió un mensaje diciéndome que la Ministra de Salud (Alejandra Venerando) me había negado la autorización y me dieron dos opciones: quedarme en aislamiento en este hotel donde pago mil pesos por noche con un desayuno o regresar a Río Cuarto”, explicó.
Nuevamente tuvo que volver a tomar una decisión y esta vez no la pensó demasiado. Decidió volver a la ciudad en la que trabaja para no seguir sola en un hotel e igualmente alejada de su familia. “Vine a San Juan nada más que para despedir a mi madre y no puede verla en ningún momento. Realmente estoy destrozada”, finalizó Estefanía, protagonista de un nuevo drama vinculado a la pandemia.
