Cuando le tocó defenderse, Braian Gerardo Albelo (18 años), se jugó una carta complicada: intentó hacerle creer al juez que la niña se aumentó unos años para parecer mayor (“me dijo que tenía 17 años”, declaró), que se mostró experta en la previa al encuentro sexual, al punto de comandar las acciones. Y que cuando él se dio cuenta que era virgen y le había mentido, desistió de la práctica, le dijo que no se metía con niñas y la dejó en la casa del cuñado de ella, el joven que debía cuidarla y no pudo porque al cabo de un baile terminó ebrio.
Sin embargo el juez del caso, Martín Heredia Zaldo (Cuarto Juzgado de Instrucción) entendió que el relato de Albelo no fue más que un intento defensivo para mejorar su situación, porque de las pruebas se desprendió una realidad muy distinta: una violación, es decir un ataque violento contra la libertad sexual de esa chica de 14 años.
Por eso lo procesó con prisión preventiva y ordenó un embargo de $500.000, dijeron fuentes judiciales.
El caso que complica al pocitano Albelo ocurrió dentro de un auto que le habían prestado al procesado, sobre las 6 del domingo 2 de octubre pasado en un descampado en Carpintería, Pocito.
El día previo, la niña había conseguido permiso para salir de su casa en Sarmiento a visitar los familiares de su cuñado en Carpintería. Los padres accedieron porque conocían al muchacho que, además, es compañero de trabajo del jefe de hogar.
El 1 de octubre, por la noche, ambos salieron hacia un bar donde el joven jugó al pool; allí se contactaron con Albelo y otro joven que andaba en un Fiat 147. En ese auto fueron hasta un baile y allí el cuñado de la jovencita terminó ebrio. Al volver, sobre las 6, lo dejaron y el dueño del auto se lo prestó a Albelo, que había retenido a la chica, para que la fuera a dejar con la consigna de que no le hiciera nada. Pero Albelo la sometió. Una gran hemorragia fue la prueba más contundente en su contra.