Casi meses después del trágico accidente que se cobró la vida de dos jóvenes, la Justicia provincial llevó adelante este jueves un juicio abreviado en el que condenó al conductor de la camioneta que embistió al auto. Tomás Margarit, de 20 años, fue condenado a la pena de 3 años en suspenso (no irá a prisión) y recibió una inhabilitación de siete años para conducir.
De esta manera, el joven seguirá en libertad. Según el fiscal Micheltorena, le imputaron homicidio culposo agravado por el número de víctimas. El dosaje arrojó que no conducía alcoholizado ni bajo ninguna sustancia.

El hecho se produjo el último 5 de septiembre. Cuatro amigos volvían en auto por la Ruta Nacional 40 hacia el Norte, después de asistir a un cumpleaños. Los otros cinco jóvenes, también habían salido a divertirse y ya volvían a sus casas en la camioneta que guiaba uno de ellos por Calle 12 hacia el Este, en Pocito. Pero alrededor de las 5,30 sus destinos se cruzaron y hubo un final inesperado. Y trágico, porque luego del violento impacto, el auto salió a los tumbos y terminó ruedas para arriba al costado Este de la Ruta 40, y la camioneta fue a parar a un zanjón.
La peor parte se la llevaron dos de los cuatro amigos que viajaban en el auto Chevrolet Celta. Según fuentes policiales y judiciales, uno de los fallecidos, identificado como Franco Valentín Fernández García (21), perdió la vida porque viajaba justo detrás del conductor y esa zona fue la de mayor impacto del vehículo más pesado. La otra víctima, Pablo Santiago Lobos Leiva (19), viajaba al lado del chofer, salió despedido porque viajaba sin cinturón y terminó a unos 40 metros del auto.

El único herido grave de ese tremendo siniestro fue el conductor del auto, identificado como Elías Tejada (20), que terminó con la pierna izquierda fracturada.
Las otras seis personas heridas fueron individualizadas como Luciano Adrover (20), Wenceslao Tascheret (19), Matías Almenzar (18), dos menores de 17 años y Tomás Margarit (20). Este último joven conducía la camioneta Toyota Hilux.
Una primera hipótesis los llevaba a concluir que ninguno de los choferes atinó a frenar cuando llegaron al cruce, aunque se suponía que quien debió tomar la decisión de detenerse al llegar a la Ruta 40 era el conductor de la camioneta.
