A menos de dos años de haber reinaugurado la iglesia San José de Jáchal, a la que le hicieron una restauración sin precedentes por tratarse de un Monumento Histórico Nacional, otra vez los jachalleros están preocupados por el edificio. Es que, producto del viento zonda que empezó el sábado pasado y se mantuvo hasta ayer mismo, un tinglado enorme se desprendió a media cuadra de allí y salió despedido, rebotó sobre el techo del templo y le abrió agujeros que provocaron tener que inhabilitar el inmueble. Ayer la situación del viento ya estaba bajo control por parte de Bomberos, que tuvieron que apagar una veintena de incendios, cortar árboles caídos y ayudar a levantar cables con electricidad de la calle; pero la iglesia permanecía cerrada, ya que a los boquetes en el techo se le suma la caída de varias luminarias interiores y el colapso en sus instalaciones eléctricas, todo por el mismo viento.

"Son daños de consideración", evaluó ayer el oficial principal Eduardo Pérez, jefe del cuartel de Bomberos de la Policía en Jáchal, con respecto al templo parroquial. Más allá de que tuvo que comandar la intervención en casi 20 incendios en todo el departamento desde el mediodía del sábado, reveló que lo más llamativo e impresionante fue "la voladura de un sobretecho de una vivienda el sábado por la noche, que cayó 50 metros más adelante. Rebotó en el techo de la iglesia, en el techo de un supermercado que también terminó dañado, cortó cableado del tendido eléctrico y terminó tirado en la calle. Cortó los cables del semáforo, de internet, dejó un Renault 12 atrapado por el cableado, pero por suerte el conductor pudo salir totalmente ileso". El bombero agregó que "el techo de la iglesia quedó con perforaciones importantes, hubo desprendimiento del cielorraso con las luminarias y todo. Y por los agujeros que quedaron se ve el cielo, por eso el templo permanece cerrado, además de tener comprometida su parte eléctrica".

El sacerdote Eduardo Gutiérrez, párroco de San José, no estuvo durante el hecho pero sí se lo fueron narrando "en vivo y en directo" por teléfono, según contó. "Gracias a Dios no le pasó nada a nadie -reflexionó-, ya que todo sucedió durante la misa que estaba oficiando el padre Gustavo. Fue un momento de mucha desesperación y miedo, porque además de que el viento era muy fuerte, la chapa hizo un estruendo tremendo, hubo chispazos por todos lados en la vereda y de inmediato se cortó la luz".

Al cierre de esta edición, ya había vuelto casi todo a la normalidad, salvo que la parroquia seguía cerrada por motivos de seguridad, hasta que corroboren el nivel de daño en las instalaciones eléctricas y el techo.