En familia. Mario y David (de izquierda a derecha) no pudieron disimular el orgullo de contar la historia de su familia. Los chicos se mostraron felices de su nueva vida, ahora en San Juan y por fin en un hogar familiar.

 

La vida les cambió por completo en menos de un mes. La rutina que tienen ahora es totalmente diferente a la que tenían a principios de septiembre y están totalmente felices. Es que cumplieron el sueño de su vida: tener sus hijos. David Torres (50) y Mario Palma (39) son pareja hace 13 años y consiguieron la guarda provisoria de dos hermanos de 13 y 14 años de Corrientes. Los chicos fueron entregados por la Justicia de esa provincia y ahora viven en San Juan. En una charla exclusiva con DIARIO DE CUYO los flamantes papás comentaron que están viviendo como en un sueño. "Nos dan mucho cariño. En las noches no se duermen si no les damos un abrazo", dijo David, uno de los papás, mientras que Mario no pudo contener las lágrimas cuando recordó cómo fue la primera vez que vio a sus hijos. "Ahora, todos los días aprendemos a ser una familia", agregó. 

Ayer, este medio publicó la noticia de que la Justicia de Menores de Corrientes había dado la guarda de dos chicos que llevaban más de 10 años institucionalizados y que habían pasado por varias familias. A la vez, se dio a conocer que los nuevos papás eran sanjuaninos y forman una pareja gay. En este contexto, los padres abrieron las puertas de su casa para contar su historia. "Cuando leímos la noticia decidimos hablar porque nos parece que podemos contagiar a la gente para que se anime a adoptar chicos grandes. Hay muchos que esperan tener una familia", comentó David.

Con un poco de timidez y terminando de almorzar, N y R (se reserva el nombre de los menores) sólo comentaron que desde que llegaron a San Juan van a la escuela, a fútbol, a natación y que se unieron a un grupo Scout. "Y los domingos vamos a misa", agregó el mayor de los chicos, quienes después pidieron no estar presentes el resto de la charla. 

David y Mario comentaron que nunca imaginaron que el proceso de adopción podía ser tan rápido. El 20 de agosto recibieron el número de inscripción del Registro Único de Adoptantes y el 9 de septiembre ya estaban conociendo a sus hijos. "Cuando hablamos por teléfono con el secretario de la jueza nos dijo que los niños nos habían elegido porque les habían presentado 4 posibles familias: una pareja heterosexual, una mamá sola, un papá solo y nosotros. En el Juzgado nos dijeron que les dieron la posibilidad de que eligieran, por todos los años que estuvieron institucionalizados y porque pasaron por 5 familias. La última pareja que los tuvo les dijo que ya volvían y los dejaron en el hogar", contó Mario. El trámite no fue lo único que consiguieron rápido. Es que ellos conocieron a los chicos un lunes. Y, el martes ya los tenían viviendo con ellos en el hotel donde estaban hospedados. "Cuando estábamos allá nos pidieron que los acompañáramos a la escuela. Tenían la necesidad de mostrar que tenían papás. A ellos, desprenderse de su vida no les costó. Al venirse sintieron que era más lo que ganaban que lo que perdían", agregó David, quien no borra ni un instante la sonrisa al hablar de sus hijos.

Cuando llegaron a San Juan N y R fueron las estrellas. Fueron recibidos con una fiesta sorpresa y de a poco comenzaron a conocer al resto de la familia. "Se adaptaron re bien a la escuela. Teníamos miedo de que les costara explicar que tienen dos papás, pero los chicos la tienen más clara que nosotros", agregó Mario y comentó que el mayor de los hermanos es el más tímido. "Es como que le afectó mucho todas las idas y vueltas. Él pregunta mucho cuándo volvemos o a dónde vamos. De hecho no trajo nada de su ropa de Corrientes. Sabe que tenemos que volver y nos dijo que tiene miedo que lo dejemos allá, como le pasó con su anterior familia", agregó uno de los papás y contó que cuando los chicos llegaron les dijeron que ellos querían ir a misa. "Nos pidieron tener esa conexión con la Iglesia y nosotros no se la vamos a sacar. Cuando empezaron los Scout hablamos con el sacerdote y le dijimos que somos una familia tranquila y que no buscamos cambiarle la cabeza a nadie. Nosotros respetamos la postura de la Iglesia y respetamos que nuestros hijos quieren estar cerca", agregó David, quien dijo que sus hijos sólo le piden amor.

Conscientes de que su familia no es tradicional, dijeron que se sintieron un poco dolidos al ver que la noticia de su adopción generó muchos comentarios negativos. "En el tema de la adopción creo que hay mucho egoísmo. Los padres no nos ponemos en el lugar de los chicos que nunca van a tener familia porque son grandes. A la gente que nos critica tendríamos un montón de cosas que contestarles. No saben la realidad que viven estos chicos en los hogares. Cuando entramos al instituto los demás niños nos agarraban del brazo y nos decían que los lleváramos. La carta de presentación de estos chicos es decirte que son buenos. Es tremendo, y en todo momento N y R decían que éramos sus papás como marcando el territorio", resaltó David y contó que todos los días es un aprendizaje, pues los chicos no saben convivir en familia ya que nunca la tuvieron. "El tiempo que pasaron institucionalizados les dejó marcas. El otro día me preguntaron si ganábamos bastante porque si no, ellos dejaban fútbol o natación. De última sólo vamos a jugar al parque, me dijo uno de ellos", concluyó Mario y comentó que los chicos están aprendiendo que no deben esconder sus golosinas debajo de la almohada para que nadie se las robe (eso hacían en el hogar estatal), que deben abrir la cama para dormir, pues no importa si ensucian las sábanas, y que deben escribir en los cuadernos y dejar los márgenes en blanco, porque ya no tienen que ahorrar tanto como cuando vivían en el instituto de Corrientes. 

"Fue muy duro verlos salir del hogar sólo con una bolsita con ropa".
"Con ellos descubrimos un mundo distinto. Son muy cariñosos".
David Torres, papá

 

"Somos personas normales y queremos tener nuestros hijos".

"Casi no hablan de su pasado y nosotros los respetamos"
Mario Palma, papá

 

 

 

Más de 10 años solos

Los chicos fueron institucionalizados por primera vez en 2008, por una situación de alto riesgo social en la que se encontraban. Tras la primera intervención de la Justicia los chicos quedaron en guarda de una tía materna, quien perdió ese derecho porque los maltrataba. Luego pasaron por varias familias e incluso se los intentó vincular con su mamá biológica (que tuvo al mayor cuando tenía apenas 13 años), pero eso no prosperó. En julio pasado y ante la infructuosa búsqueda de matrimonios se dispuso realizar una Convocatoria Pública Nacional. Es ahí cuando la pareja sanjuanina empezó a cumplir el sueño de tener una familia. Esta convocatoria se realizó luego de que se buscara familias dentro de Corrientes, pues se priorizó que los chicos permanecieran en su provincia, pero eso no sucedió. Los adolescentes fueron dados a la pareja sanjuanina por el Juzgado de Menores Nro. 1.