
Por Domingo Rosas Arnáez
Ex presidente de Sportivo Desamparados
Si estamos convencidos que, desarrollar una “política deportiva”, no es hacer política con el deporte. Si dotar de “infraestructura” a los clubes es paliar una de las principales falencias del deporte sanjuanino. Si mostrar “espejos” a las cuales emular por parte de niños, jóvenes y adultos mayores es promocionar positivamente el uso del tiempo libre. Si recuperar los “Juegos Intercolegiales” es impulsar costumbres que son “la alternativa” a los flagelos que acechan a nuestra juventud (alcohol, drogas, etc). Si además de esta revolución”, se convierte en “Política de Estado”, coincidiremos en que la gestión del gobernador Sergio Uñac y del secretario de Deportes, Jorge Chica, es digna de celebrar al poner en marcha el programa “Yo amo a mi club”.
“Yo amo a mi Club” es un sentimiento… no puedo parar… dice desde la tribuna. Es respaldar el estado de pertenencia afectiva hacia nuestro segundo hogar, el que nos contiene, a nosotros, nuestros parientes, profesores, adiestradores, en fin, “nuestra otra casa”, que merece presencia del Estado en apoyo a dirigentes, en su mayoría vocacionales y artesanales. Pero “puro corazón”en su invalorable función social de contención.
Por ello no hay que confundir haciendo “política con el deporte” en la inauguración de cualquier playón polideportivo provincial, departamental barrial, sin corazón, sin dueño, sin colores que sinteticen afectos.
Apoyemos el fortalecimiento institucional de los míticos clubes que construyeron su historia con el sacrificio y el amor que le dieron, dan y darán sus socios y simpatizantes.
Por último, capacitemos a dirigentes, directores técnicos, preparadores físicos, entrenadores, formadores, padres, etc, “para contribuir a la formación técnica, pero lo más importante, intentar ayudar a ser mejores personas triunfando en lo deportivo”, según dijo Pablo César Aimar, ayudante de campo de AFA – Selección Argentina Sub – 15, campeón Sudamericano. Estos conceptos fueron viralizados por todo el país como ejemplo a seguir en el fútbol infanto-juvenil , válido para otros deportes. ¡Viva mi Club”.
