Tener zapatos que den que hablar -desde los de cristal de Cenicienta, hasta las botas del Gato o los rojos de Dorothy del Mago de Oz- ya no es cosa de fantasía. Se puede hacer realidad y con las habilidades de cada uno. Tampoco es cuestión de ir a comprar. Hay una propuesta de la mano de la diseñadora textil Celeste Petasne para la confección de zapatillas con las propias manos en tan sólo una jornada de trabajo y aprendizaje de 7 horas para que cada participante del taller puede salir con un par reluciente. Para estrenar.

Celeste trabajó un buen tiempo en el rubro textil hasta que quizás sus bases -cuenta en sus redes que su "abuela cosía como nadie y su abuelo era marroquinero"- sopesaron lo suficiente para que optara por especializarse en el mundo del calzado y así, hace 14 años más o menos, que se dedica a hacer solo para los suyos y para sí misma zapatos y zapatillas de diseño. No tiene todavía su propia marca pero sí tanta experiencia -confiesa que trabajó en una fábrica donde conoció cada detalle- que armó una escuela de Calzado, con la que con su equipo de tres profes más, dan talleres fundamentalmente en Villa Pueyrredón (Buenos Aires) pero también en Mendoza (hace un año y medio que Celeste vive allí por lo que fundó otro espacio semejante), Salta y en alguna oportunidad en San Juan. Tan solo en la casa central tienen 120 alumnas por semana y en la vecina provincia, más de 50, que se dan el gusto de aprender el oficio que implica saber de moldería, colecciones, pegamentos, materiales como cueros y curtidos vegetales, entre otros secretos.

Aquí ya vino en marzo a enseñar cómo hacer un zapato acordonado. Esta vez, serán las clásicas zapatillas urbanas. La modalidad es sencilla: en un encuentro intensivo de 10 a 17 horas, el sábado 26 de agosto, en la sede de Arte Sana (Agustín Gómez 269 este, entre Tucumán y Avenida Rioja, casi Abraham Tapia), se hace todo el proceso para que el o la participante se vaya a casa con el producto terminado.

"Como el proceso es largo y por una cuestión de practicidad porque no podemos trasladar todo el equipamiento necesario, nosotras les adelantamos la parte de la costura de las zapatillas. Previamente proponemos el modelo y les damos una gama de colores y materiales a elección, entonces cada participante, elige la combinación que le gusta, la asesoramos si tiene alguna duda y recibe la parte cosida para hacer cada una el armado y el pegado de la base y así completar el proceso productivo del diseño, moldería, costura y terminaciones", dice y aclara que toda la explicación de las costuras se encuentra, una vez terminado el encuentro, en una plataforma en la que están subidas videos. A quienes participan les dan el acceso a ese espacio virtual para poder verlo las veces que se quiera o se necesite y a partir de ahí más los conocimientos adquiridos, practicar. 

"Aprender a coser requiere tiempo y muchas horas de práctica para que salga como uno quiere. En el taller no se enseña porque al ser abierto a todo público hay gente que no tiene ni siquiera el conocimiento mínimo de costura. Pero viendo los videos tranquilos en casa más la explicación, se puede hacer sin problemas si quieren replicar en otro par de zapatillas lo aprendido", agrega.

La pregunta del millón que se hace -por lógica- cualquier principiante en este arte, es si hay que tener conocimientos previos. Celeste repite una y mil veces que no. "No hace falta saber dibujar, saber coser, ser habilidoso o ser diseñador. El taller está destinado a todo público, la mayoría de las veces vienen damas pero también puede ser para hombres. Eso sí, es para personas adultas porque se usan y manipulan herramientas punzo-cortantes por lo que este tipo de espacios no es un lugar indicado para chicos". 

Asegura que tratan de trabajar con la mayor amplitud en cuanto a talles. De todos modos, confiesa que debe ceñirse a lo que el mercado les ofrece y que "actualmente es limitado en variedad de bases, de suelas, por ejemplo en los talles para dama, recién ahora llega hasta el 41-42 pero no siempre se encuentran los más chicos, de hecho está faltando el 35, de todos modos tratamos de satisfacer a todos". 

"Creo que aprender a hacer calzado, como aprender cualquier oficio, siempre es una herramienta. Uno nunca sabe los caminos de la vida, y tener la habilidad, el conocimiento del oficio puede llevarte por caminos interesantes. Capaz que sea solamente para satisfacer las necesidades de uno o quizás también como para empezar un emprendimiento. De hecho, tengo muchas alumnas que tienen emprendimientos de calzado o marroquinería porque en el taller de Buenos Aires también enseñamos y estos encuentros las animaron a emprender. Y esto tiene un agregado que es el valor de lo artesanal, que si bien no siempre está bien valorado lamentablemente, si habla de la dedicación para el desarrollo y la calidad del producto, cosa que a veces no pasa con las marcas", destaca Celeste, quien reconoce que al principio dar estos talleres significaron un pretexto válido para viajar y recorrer el país, pero de a poco, quienes ya tuvieron la empezaron a pedirles que vuelvan y a demandarles más saberes. Está convencida que da mucha curiosidad saber cómo se fabrica un zapato o una zapatilla. La suerte es que ella, tiene las claves y las comparte, con creatividad.

Más que un detalle

La experta explica que a la hora de elegir un zapato o una zapatilla hay que ser muy observador en lo que respecta a la hechura y las costuras. "Hay materiales que son sintéticos o vinílicos, que son muy buenos. Por eso no priorizo siempre que el zapato sea de cuero, depende de la necesidad. Pero sí hay que tener en cuenta la confección, el pegado de la base, eso es bastante importante. De todos modos, es una lotería porque los pegamentos tienen una fecha de vencimiento, entonces las bases se puede vencer y se te rompen", asegura. 

Para tener un par

El taller tiene un costo de 17 mil pesos, valor que incluye todo lo necesario: materiales de trabajo, herramientas y maquinaria a disposición, el modelo a realizar, la moldería y los videos explicativos. Desde la organización llevan algo para hacer una picada en un recreo, pero se puede llevar el mate y algo comestible para compartir.

Los interesados pueden averiguar sobre la inscripción en el 2645051803 o en la página de Instagram @artesanasanjuan.

Además los talleres Dat -así se llama el emprendimiento de Celeste- están armando una plataforma para dar otros talleres virtuales. De todos modos, piensan volver a San Juan en los meses de septiembre u octubre, todavía no confirman la fecha. Para ello, los interesados deben estar atentos a las redes sociales, especialmente Instagram, de taller_dat.

"Nuestra idea es siempre ir variando el producto que llevamos cada Workshop, buscando alternativas de acuerdo a la estación o los modelos que gustan, tanto en zapatillas como en zapatos cerrados o sandalias inclusive. Así la gente va conociendo un poco todos los modelos y las formas de armado, de confección, las bases y los tipos de pegamento. Hay un universo gigante atrás de un zapato", invita a sumarse a este mundo para los pies

 

Por Paulina Rotman
Colaboración: Cele Petasne